miércoles, 5 de noviembre de 2008

Biobier, una cerveza ecológica


En estos tiempos está de moda lo de los productos "bio" y los productos "ecológicos". Yo siempre los he mirado con recelo y no sin justificación. Cuando en una ocasión has probado una cerveza denominada "natural" que se supone se ha elaborado a la antigua usanza, sin procesos industriales que adulteran su sabor y el resto de sus propiedades y esa cerveza te sabe a, bueno, cómo decirlo sin herir sensibilidades, pues eso, a "Mi agüita amarilla" que cantaban Los Toreros Muertos, le coges un poco de miedo a lo de los experimentos. Triste recuerdo del "Cañas y Tapas" de Santander que hace ya un tiempo que desapareció. 
Hace unos días volví a jugármela (estaba con la guardia baja), pero afortunadamente fue un acierto. Ha sido una grata sorpresa encontrar una cerveza ecológica que sabe a eso, a cerveza, pero de las buenas. Es una cerveza tipo pilsen, la cual, para su elaboración se ha empleado malta y lúpulo cultivados de forma ecológica; y la energía consumida en su proceso es de origen renovable.
Es una cerveza de color dorado claro, con un sabor ligeramente amargo y que sobre todo sabe a eso: a cerveza, que es lo suyo. Lo dicho, una agradable sorpresa.  

Cómo tomarse una cerveza en una cárcel


Uno de los lugares más atípicos donde puedes ir a disfrutar de una cerveza fresquita puede ser, sin lugar a duda, una prisión. Para eso no hace falta cometer un delito (bueno, allá cada uno); basta con visitar Die Hauptwache de Frankfurt am Main (lo siento, pero tras 12 años aprendiendo alemán me suena mal lo de Fráncfort del Meno).  Un bonito edificio, ahora utilizado como cafetería, anteriormente usado como central de la policía y cárcel. De hecho, es un sitio con historia: en 1833 un grupo de estudiantes entró al grito de "Libertad, igualdad, fraternidad" para liberar a sus compañeros encarcelados, con el resultado de varios soldados muertos. 
Tras este apunte histórico-cultural, volvamos a lo lúdico, lo de disfrutar de una cerveza en su terraza, "haciendo la fotosíntesis" como dice Rhiannon. Y ya que estamos en Frankfurt, es obligado probar la "Binding Römer Pils", que se elabora allí mismo, en Frankfurt. Es una cerveza tipo pilsen, de color dorado pálido, muy fresca pero con un sabor bastante amargo. Después de haber visitado la calle Zeil, calle comercial por definición, o haber visitado la plaza Römerberg, esta cerveza, acompañada de una Bratwurst, es la merecida recompensa.  Para saber más...